Diego Ramos, íntimo: "No concibo la vida sin los perros"

El actor de teatro y televisión dialogó con El Destape Web sobre Sex, la obra de José María Muscari de la que forma parte desde hace cuatro años. Diego Ramos reflexionó sobre los cambios de paradigma en la televisión y contó cómo se aggiornó a los nuevos tiempos.

18 de marzo, 2023 | 13.14

Diego Ramos es parte de Sex, Viví Tu Experiencia, la obra performática de José María Muscari que se desarrolla desde hace cuatro años en el Gorriti Art Center. El actor habló con El Destape sobre su rol en la pieza artística, cómo es su vínculo con el público y cuán explícito es su show. Además, Ramos se refirió a su faceta como conductor y panelista de televisión y reveló cuáles son sus personajes de TV a los que más cariño les guarda.

Muscari decidió unir los elencos de las tres versiones de su obra -la de Buenos Aires, Mar del Plata y Carlos Paz- en su sede de CABA y le llamó a esta apuesta Super Sex. Serán tres semanas en las que el público porteño podrá ver a todos los elencos de Sex en diferentes funciones.

¿Cómo va a ser esta unión de elencos?

- En realidad la unión parte de que todos vamos a estar en el mismo ámbito pero distintos días; nunca vamos a estar todos juntos. El elenco de Carlos Paz va a estar los miércoles y jueves a la noche; el original, los viernes y sábados y el de la Costa Atlántica, domingos y lunes. Yo igual voy a estar en el elenco original, en el que estuve siempre, y me voy a sumar al de Carlos Paz.

Ah, o sea que las funciones del elenco original, el que ya estaba en Buenos Aires, se mantienen igual

- Tal cual. No hay ningún gran cambio, más allá de los que siempre suceden, que viene alguna otra gente, pero cambios grandes no.

¿Vos hace cuánto estás en Sex?

- Hace cuatro años casi, desde que empezó; soy el único que queda del elenco original.

En su momento, ¿qué desafío te presentó?

- Todos los desafíos. Fundamentalmente, a nivel espectáculo, nadie sabía, ni siquiera José sabía el lenguaje que iba a tener la obra y cómo se iba a plasmar todo el tema sexual a través de este seguimiento que tenía el público con nosotros. Cuando esto arrancó, si bien era un lugar físico grande arriba de un escenario, después no seguían a distintos cuartos y situaciones que pasaban. Y se dividían: podía haber quince personas en una habitación y dos en otra. 

Además de eso, era ver cómo uno se involucraba con los textos, si hacía desnudos o no, y eso fue creciendo y creciendo en los ensayos y ya después conforme pasaban las funciones, yo creo que es como el sexo: uno va viendo lo que le gusta, lo que no, y vas accionando en función de eso. Lo bueno de Sex es que la premisa base siempre fue que nadie hace nada que no quiera o que le vulnere la sensibilidad, la vergüenza o lo que fuera.

Claro, con esto último te referís a los miembros del elenco, ¿no?

- Sí, sí, no estás obligado ni obligada a sacarte ninguna pilcha, a decir cosas que no van con vos, no estás obligado a nada. De hecho, hay gente que hace desnudos totales y otra que no se saca ni un guante. Y no pasa nada porque todo es sexo, todo es erotismo y no solo se cuenta desde ese lugar corporal el show. 

¿Es una obra que se renueva mucho?

- Sí, todo el tiempo. Siempre con la misma esencia, por supuesto, pero va cambiando mucho. Cambia de elenco, han pasado más de 60 personas y cada una de ellas le puso su impronta. Hay gente que viene con otras ideas, otros que vienen más lanzados a hacer cosas, otros vienen más desde el lado de lo performático, otros desde sus cuerpos. Depende de la persona que venga. Obviamente, cualquier persona que venga está convocada por algo, José sabe a quién convoca; no es que llama a cualquiera para ver qué hace.

Sex es una obra que siempre se mantuvo súper vigente, ¿no? ¿O ha tenido algún momento de caída?

- Por suerte, no. La verdad es que, por lo menos la versión de Buenos Aires, no. Obviamente hay temporadas teatrales, en el verano no estamos con el volúmen de función que tenemos ahora y que siempre tuvimos, pero por una cuestión lógica de que es enero y la gente quizá no está tanto en Buenos Aires. Pero por suerte no, nosotros hacemos una función los jueves, dos los viernes, tres los sábados y una los domingos. La verdad es que es tremendo. Acabamos de hacer tres el sábado repletas, es increíble lo que sucede con el espectáculo. Además la gente va una, dos, tres, cuatro, cinco veces, porque siempre cambia y porque también es una salida en sí misma, no solo a nivel teatral; estás sentado en mesas, comés, tomás, hay una parte medio de boliche para bailar. Es tan ecléctico el público que va que podés ir con distintos grupos, solo, sola, repetir. Está buenísimo lo que sucede.

¿Por el contacto con el público has vivido alguna situación incómoda o sabés de algún compañero a quien le haya pasado?

- No, porque la verdad es que las situaciones que pasaron fueron mínimas, quizá una mano de más. Te tocan un poco de más. Hay gente que al estar nosotros interactuando con ellos quizá se confunde, como es un show sexual, piensan que estamos al servicio de que nos toquen y nos hagan cualquier cosa (risas). Pero la verdad es que no sucedió mucho y las veces que sucedió fue mínimo. Le explicás a la gente e inmediatamente entienden. Tiene que ver algunas veces con cómo se van copando con el show y pierden un poco el norte pero vuelven inmediatamente. No han pasado grandes cosas. Además, generalmente siempre han sido mujeres, los hombres nunca se desubicaron. 

Pero la verdad es que han sido pocas veces y lo entienden al toque; está muy claro a dónde apuntamos y lo que sucede con el espectáculo y también nosotros, de tanto hacerlo, tenemos muy en claro a quién tenemos que ir y a quién no. Porque la idea también es esta, así como nosotros nos tenemos que sentir bien y que nadie se desubique, nosotros tampoco tenemos que hacerlo con la gente que va. Hay quienes lo quieren vivir de una manera más activa y otra que no quiere saber nada con que los toquemos. Y es súper respetado porque sabemos leer perfecto quién quiere y quién no.

El que más interacciones tiene con la gente soy yo, soy como un nexo entre la gente y el espectáculo. Es más desde el humor que otra cosa, pero igual no dejás de estar hablando de cosas sexuales y además hay gente que capaz no quiere que le pongan un seguidor en la cara.

¿Ya habías hecho algo tan jugado en algún momento de tu carrera?

- No, yo ya perdí el norte de todo igual (risas). Ahora ya ni me parece que esto sea tan jugado, lo veo hasta como inocentón porque se fue dando de una manera muy natural. Quizá si al principio me decían “mirá, te tenés que poner en bolsas, decir esto, yo empezaba a decir “qué jugado”. Pero fue todo tan gradual que fuimos aprendiendo de nuestros límites, ganas, gustos y de lo que queremos contar a medida que fue creciendo el espectáculo. Eso fue y es lo genial. Si a mí me decían el primer día que iba a estar en una ducha, en pelotas, en el escenario, yo capaz que te decía “me da un poco de cosa”. Cuatro años después, no me da cosa, al contrario: me divierte.

Aparte es súper cercano a nivel físico el público, estás ahí nomás de las primeras mesas.

- Sí, sí. Estás ahí nomás. Tampoco es que le estamos restregando los genitales por la cara mientras comen, ¿no? (risas). Pero sí están muy cerca y hay momentos de desnudez, otros en los que no. Lo que sí creo yo, más de lo corporal, me gustaba más la idea de seducir desde el lado de la mirada, el habla, el humor. Porque sacarse la pilcha, se la puede sacar cualquiera; no necesitás saber pararte arriba de un escenario ni nada por el estilo. Me llamaba la atención más lo otro y fundamentalmente cuando arrancó, que estábamos muy cerca de la gente por eso que te decía: por ahí estábamos en un cuarto de tres por tres y la gente con nosotros, ahí adentro.

¿Esta experiencia cambió algo en tu propia sexualidad, en tu manera de vincularte, monogamia, no monogamia?

- No, la verdad que no. Lo que pasa es que también me agarró de grande, ¿viste? Me agarra como ratificando lo que a mí me gusta y lo que sabía que no me gustaba. No descubrí nada nuevo, sino que ya ratifiqué lo que ya sabía. La intención para mí del espectáculo y la mía fundamentalmente es darle luz y visibilidad a algo que es oscuro, como el sexo. Y sin juzgar nada; no soy de la idea de que si no te gustó un trío es porque sos una cabeza cerrada. Si no te gusta, no te gusta y ya. No juzgo a nadie y tampoco me juzgo a mí. Es un espectáculo que le habla a todo el mundo, para todo el mundo.

En ese sentido, en las redes ha habido críticas por la preponderancia de cuerpos hegemónicos en la obra. ¿Cómo ves eso?

- Sí, a mí el término "hegemónico" me hace ruido igual. Muchas veces hay gente que te dice que tenés un cuerpo hegemónico y ellos se visten con marcas y viajan a distintos lugares que son lo más hegemónicos del mundo. Entonces, es como medio raro el discurso. Digo, me decís a mí que tengo un cuerpo hegemónico pero me lo estás diciendo desde Ibiza con una cartera Louis Vuitton. No juzgo eso, pero fijate lo que hacés vos y la hegemonía de la que participás.

En cuanto a la obra, sí, por momentos fue verdad. Lo que pasa es que, es horrible lo que voy a decir, pero José lo explicó en su momento: siempre se abrió la convocatoria a cualquier tipo de talento, de personas y de cuerpo. Pero muchas veces da la casualidad, y yo he estado en las audiciones, que los o las que tenían cierto tipo de cuerpo eran los o las más talentosos. Entonces, ¿porque tengas un cuerpo más flaco no vas a poder entrar? La gente de cuerpos “no hegemónicos” que después estuvo y ahora está, es gente que se lo merece por su talento, seamos gordos, flacos, lo que fuera.

La verdad es que está todo bien, tratamos de que la gente la pase bien. A mí lo que más me gusta es que la gente se ría; hay quienes se calientan, quienes se erotizan, hay gente que no llegan a final del show porque quieren hacer cosas con su pareja, que también me encanta que suceda. Pero lo que más me gusta es que me digan “nos divertimos, nos reímos” porque me parece que el humor también es una parte fundamental del sexo o de una relación.

Pero, para cerrar lo de los cuerpos, no me parece una mal crítica: en su momento, era verdad. El tema es que... bueno, lo que expliqué recién (risas)

Sí, quedó re claro

- Sí, no valía la pena poner otro tipo de cuerpos solo para quedar bien con cierta gente y nada más. Está la gente que se lo merece por su talento.

¿Ser parte de Sex te ha atraído más propuestas de índole sexual?

- No. O a mí me respetan mucho o no sé qué sucede (risas). Igual yo soy extremadamente tranquilo, o sea, me causa mucha gracia cuando en el show dicen “el rey del sexo” y es el rol que me tocó a mí ahí, pero yo soy lo opuesto, no puedo explicar a qué nivel. Soy extremadamente tranquilo y tampoco doy mucho lugar a eso, entonces supongo que ven y entienden. A compañeros y compañeras les han llegado propuestas, cosas, pero yo voy a mi trabajo y me voy, literalmente. Tampoco es que a todo el mundo le sucedió. Y también, analizando a quienes sí les sucedió de recibir propuestas, dentro del show también han tenido alguna mirada que habilitó que algo más podía suceder. Yo me meto muy desde el humor, no soy tipo “vení que te como", el comehombre. Cuando me toca esa interacción siempre lo hago desde el show y desde el humor.

Ya habías trabajado con Muscari, ¿no? ¿Cómo es trabajar con él?

- Sí, había trabajado en Casa Valentina, donde estuve tres años también, somos como largueros con José (risas). También hice Bollywood en la versión de Uruguay, a la gorra. Era un elenco uruguayo y yo, que viajaba todos los lunes, una experiencia divina. Y ahora Sex. Trabajar con José es genial porque es muy creativo, generoso, escucha mucho. La mayoría de los textos que digo son creados por mí, con la influencia y la guía de él. Está muy abierto a la escucha, a la espera de que le digas algo y también nos dice todo el tiempo cosas, obvio. Pero no es cerrado, es muy respetuoso: si hay algo que vos no querés hacer, no va. Porque estamos hablando de algo muy íntimo también, ¿viste? Es una mezcla muy rara: medio que somos nosotros mismos en el show pero a la vez no. Entonces nadie se siente vulnerado ni obligado a hacer nada. Más allá de todo eso, es una excelente persona, lo quiero muchísimo y nos llevamos muy bien. Incluso cuando no entiendo algunas cosas que él plantea o viceversa, nos respetamos mucho y llegamos a un acuerdo. No hay posibilidades de pelea con José; todo lo escucha y, si tiene que cambiar su opinión, no te quepa la menor duda de que la va a cambiar. Es genial.

Saliendo un poco de Sex, vos tuviste tu explosión de fama de muy chico, ¿cómo lo manejaste en su momento? ¿Te pegó mal la exposición?

- No, siempre me dio un poco de vergüenza en realidad. Estudié teatro para ser actor, no para ser famoso. Entonces, tuve la fortuna de entrar en un programa de adolescentes que era un bombazo. Entré a Montaña Rusa cuando era una bomba y después vino Ricos y Famosos, donde tuve mi primer protagónico. Pero por ejemplo en Montaña Rusa siempre tuvimos productores y productoras, una de ellas fundamentalmente, que nos decía: “Miren, esto es una ventaja y una desventaja. Está buenísimo que les pase, pero es una desventaja porque no siempre sucede”. Entonces, nosotros crecimos sabiendo que eso era efímero. Ese tipo de fama, eso de estar en el centro de la atención no puede perdurar en el tiempo, a no ser que seas un Francella, una Susana. Además yo nunca lo busqué ni me interesó, siempre me interesó más el trabajo que la tapa de la revista. Soy bastante vergonzoso con sentirme observado; ahora ya lo aprendí y lo tengo manejado, pero lo vivía medio con tensión. No era lo que más me gustaba ni lo que más quería y de hecho durante mucho tiempo me escapé de eso. Soy cero lobbista, cero de ir a eventos para hablar con tal. Voy al trabajo y vuelvo a mi casa y lo que tengo lo tendré porque mi laburo habló por mí.

Claro, también has tenido un perfil bastante bajo en relación a tu vida personal

- Es que la verdad yo te estoy hablando a vos y estoy barriendo en este momento (risas). Acá tengo la lavandina que recién compré en el chino. Por más que yo te ponga mi vida en el candelero las veinticuatro horas, vas a decir "mejor mantenelo en el perfil bajo", porque no hay nada interesante, de verdad. Es una vida tranquila. No solo la mía, la de la mayoría de la gente. Los actores y las actrices somos gente; tenemos nuestras casas, nuestras cuentas, nuestras cosas. No hay nada que esconder (risas), pasa que muchas veces creo que el no mostrar algunas cosas genera más misterio, como si hubiera algo atrás, y te puedo asegurar que no hay nada (risas).

¿Cómo ves a la ficción en la tele hoy en día? ¿Tenés ganas de hacer algo?

- A la ficción en la tele no la veo porque no hay, lo que creo que hay es en las plataformas. Ojalá se hicieran más cosas; no se hacen muchas cosas la verdad. Obviamente tiene que ver con toda una situación económica, pero sí, a mí me gusta. Yo hace muchos años elegí irme por el lado de la conducción en la tele u otro tipo de charla con el público, que no sea por medio de un texto. Y en teatro, si bien estoy hace cuatro años en Sex, estoy muy volcado a la dirección, ya dirigí cinco obras, entonces no necesito tanto estar yo y que me aplaudan y qué se yo. Por supuesto que si hay un proyecto bueno y todo, me copa. Pero no sé.

Últimamente has estado en la tele como panelista, conductor. ¿Cómo te hallaste en ese rol?

- A mí me gusta mucho, lo busqué hace años. Cuando me llaman para hacer reemplazos de conductores, voy feliz, he tenido mi magazine por la tarde. Ayer arranqué a hacer un programa que sale los domingos a la tarde en América; dura cinco horas: tres de noticiero y las últimas dos más magazine, que me las ofrecieron a mí. A mí me encanta, he estado con Vero (Lozano), con Florencia (Peña). Me gusta cuando se puede dar una comunicación linda y preguntar desde mí, como si estuviera en el sillón de mi casa. Me gusta que la pregunta no sea tan importante como la respuesta, que la gente pueda poner un punto cuando me responde. No saber y que me expliquen y preguntar desde ese lugar; no me gusta el panelista que googleó y le enseña a Favaloro cómo hacer un bypass. Me gusta ser un nexo entre la gente y los que saben.

¿Tenés algún programa ideal en tu cabeza? Uno que tengas ganas de hacer

- No, a mí me gusta el formato magazine, me divierte. Algunos realities me gustan mucho, me gustaría conducir alguno, depende cuál, no todos me copan, pero sí. Me gusta ver esa cosa de competencia, lo que pasa con la gente. No soy una persona que está pensando todo el tiempo haría esta cosa, haría tal otra. Creo que soy muy bueno cuando me llaman y ahí me engancho y hago, pero no soy bueno generando.

En ese sentido, ¿ha habido algún bache en el que dijiste “che, no me están llamando”?

- Por suerte, no. Nunca paré de hacer teatro y siempre en todo lo que me han convocado ha ido muy bien, por mucho tiempo. Estoy hace cuatro años en una obra, vengo de otra que duró tres. Y en tele, empecé a buscar esto de la conducción y estar desde otro lugar antes de que no hubiera tanta ficción, entonces me agarró como más preparado. Si yo hoy basara mi vida en actuar en la tele, sería difícil porque no me llaman para hacer ficción. Pero quizá es porque no estoy ávido de hacer ficción, quizá porque digo esto de que me gusta la conducción y el panelismo, dirán “no quiere actuar más”. Igualmente hay tan poca ficción que andá a saber cuál es la razón. 

Hablando de ficción, ¿tenés algún personaje de ficción con el que te encariñaste?

- Muchos, el último me divirtió mucho porque ya me encontró más maduro en la comedia, registro que siempre me gustó pero me costaba que me vieran como actor cómico porque estaba más con la novela, la carita de pobrecito, de galancito. Cuando empecé a hacer comedia me divertí mucho. Si tengo que decir, fundamentalmente por el elenco que había, me divirtió mucho Educando a Nina. Los Pells también. Cuando hay un elenco de gente tan talentosa, sí o sí te levanta. Se generaban situaciones geniales. Era la creatividad a la orden del día.

Tus escenas con Aruzzi y Siciliani en Nina eran alucinantes. ¿Improvisaban?

- Sí, un montón. Había una muy buena base de libreto y nosotros nos mandábamos de todo. A mí cuando la gente me dice frases que a mí se me ocurrieron o veo en TikTok que nos imitan a mí y a Griselda con cosas que se me ocurrían como lo de la bombilla del mate, me parece genial, me encanta y me siento orgulloso y agradecido. Que te digan “me hiciste reír” creo que es lo mejor que te puede pasar en la vida. Porque reír es lo más lindo, ya me pongo cursi, estoy viejo (risas). Hacer reír es genial.

Por último, entrar a tu cuenta de Instagram es entrar a tu mundo con sus mascotas. Compartís mucho de tu vida con ellos. ¿Cómo es ese vínculo?

- Sí, obvio. Son dos perros geniales que los amo con todo el alma, vivo para ellos prácticamente (risas). Son lo más, siempre tuve perros y me matan de amor. Los cuido y necesitan de toda mi atención, los llevo en el auto, se creen que son caniches y pesan más de 80 kilos. Vamos para todos lados juntos.

Sos vos y los perros (risas)

- Claro. En casa somos mi pareja, los perros y yo. 

Ah, bueno, el cuidado compartido está bueno

- Te diría que más o menos (risas). Yo me hago mucho cargo de los perros, soy el que está más pendiente también por tiempos y por horarios, además de que ya sé el manejo de los perros y todo eso. Obvio que él también los adora y los recontra cuida, pero siempre hay uno que se da más maña o más tiempo para hacer cosas. Me toca a mí, pero feliz de la vida. No concibo la vida sin los animales, sin los perros.

 

Sex Recargado

Funciones: miércoles y jueves 21h

El elenco está protagonizado por Diego Ramos y con una super troupe integrada por Andrea Ghidone, Gabo Usandivaras, Barby Silenzi, Flor Marcasoli, Soledad Bayona, Charo Bogarin, Martin Salwe, Gustavo Remesar y Rodrigo Jara. Además los bailarines María José López, Mateo Gaido, Flavia Daza, Rodrigo Avellaneda, Luli Álvarez, Vanesa Londero, Alan Orellana y Uriel Sambran.

Sex Original

Funciones: viernes 20 y 22h - sábados 20, 22 y 23:59h

Elenco protagonizado por Diego Ramos y Romina Richi junto a Adabel Guerrero, Virginia Gallardo, Felipe Colombo, Barbie Di Rocco, Bautista Araneo, Evelyn Botto y Marcela Wonder. Además los bailarines Milagros Montero ,Gaby Conti, Delfina Dilavello, Fernando Goncalves Lema, Jitsu Diaz y Valeria Fratianni.

Sex Tour

Funciones: domingo y lunes 20:30hs

Protagonizado por Christian Sancho y Ginette Reynal con una troupe integrada por Valeria Archimo, Celeste Muriega, Sebastian Francini, Martin Salwe, Maxi Diorio, Ernesto Tito Diaz, Bianca Iovenitti, Gisela Lepio y Martina Lapcak.

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